Se trata de un proyecto energético emprendido en Ecuador, el cual busca alegar alas Islas Galápagos de perder el sello de la UNESCO como patrimonio de la humanidad. El proyecto puso en marcha una nueva central híbrida para evitar la quema de aproximadamente 33.000 litros de diésel que alimentaban a la vieja planta.
Con esto se ha logrado frenar la emisión de 88 toneladas de CO2 al medio ambiente. Esto debido a las preocupaciones de la UNESCO por la contaminación de las islas que iba en aumento, pero también por el transporte de gasóleo por barco a través de una distancia de más de 600 millas, que podría representar un riesgo.
El cambio por energías renovables
Al estar conscientes del riesgo que suponía la amenaza de la UNESCO, este proyecto 100% renovable combina la energía solar intermitente con el aceite de piñón. El proyecto genera un total de 952kW, provenientes de los 3.024 módulos fotovoltaicos provenientes de la energía solar.
Adicionalmente, se tiene una generación de 1.625kW provenientes del biodiésel y un sistema extra de almacenamiento de baterías que se encargará de brindar 660kW extra cuando sea necesario. Además, este proyecto está controlado por un software que permite el control de flujos de energía de manera eficiente, y se encuentra funcionando desde octubre, luego de pasar un extenso período de pruebas.
Esta nueva planta ha evitado la quema de 33.000 litros de diésel, los cuales habrían sido necesarios para producir energía en la planta anterior. Además, desde la instalación la planta ha estado operando al 99% de su capacidad y genera mucho menos ruido.
Este tipo de aceite se obtiene de peculiar piñón, el cual está compuesto por un 40% de aceite, que puede ser aprovechado como biodiésel, lo que hace que sea un sistema de energía muy eficiente.