Cuando tienes una caldera de biomasa debes tener en cuenta que esta puede quemar una gran variedad de combustibles. Esto te permite tener una gran versatilidad para tus sistemas de calefacción o energía, porque así conseguirás los mejores resultados. Hoy vamos a conocer los 3 tipos principales, para que puedas saber cuál es el combustible que más te conviene.
Pellets
Los pellets son un combustible que se emplea en las calderas de biomasa que necesitan una mayor densidad energética. Son elaborados a partir de astilla seleccionada, la cual se seca, muele y prensa, para que se pueda tener un combustible de alto rendimiento.
Esa es la biomasa menos agresiva y que tiene una mayor vida útil. Tampoco genera una gran cantidad de ceniza y los costes de mantenimiento son menores. Sin embargo, el precio de estos es el más elevado.
Hueso de aceituna
Es más barato que el pellet, pero más costoso que la cáscara de almendra, y este debe ser procesado y seleccionado de una forma adecuada. Este debe estar despulpado y secado para que pueda ofrecer una buena potencia calorífica.
En todo caso, estos no son muy recomendables para realizar sistemas de tornillos sin fin porque son abrasivos, por lo que puede desgastarlos prematuramente.
Cáscara de almendra
Esta es la biomasa más económica que puedes encontrar, pero también es la que cuenta con una menor densidad energética. Por este motivo, esta necesita de una mayor cantidad para generar la misma energía equivalente que con los pellets.
Por este motivo esta es una fuente de energía que requiere de una gran cantidad de materia prima para generar la misma cantidad de energía. Sin embargo, es bastante utilizada porque los costes de producción de energía son mucho más bajos, y esto permitirá que se puedan conseguir los resultados deseados sin tener que invertir grandes cantidades de dinero.